Industria vitivinícola en crisis: caída del consumo y precios en jaque

El sector enfrenta un panorama adverso debido a la baja demanda interna y la falta de competitividad en exportaciones. Viñateros reclaman medidas urgentes para sostener los precios.
La crisis económica del último año impactó de lleno en la industria vitivinícola, afectada por la caída del consumo interno y las políticas económicas del Gobierno de Javier Milei. En San Rafael, el presidente de la Sociedad Rural, Marcelo Serrano, advirtió sobre el difícil contexto que enfrentan los productores.
Un mercado en tensión
Serrano señaló que el 80% del vino producido en Argentina se consume en el mercado interno, donde la caída del poder adquisitivo ha reducido la demanda. “No hay margen para aumentar los precios y trasladarlos al viñatero, por lo que se están pagando valores similares o inferiores a los del año pasado por las uvas”, explicó.
En 2024, el precio de la uva común osciló entre $200 y $250 por kilo. Sin embargo, asociaciones de productores y municipios del Este mendocino han pedido elevar ese valor a $340 para esta temporada, buscando evitar pérdidas en el sector primario.
Por su parte, el exceso de stock de vino sin vender es otro de los factores que condiciona los precios. “No queremos culpar exclusivamente a las bodegas, pero tienen sobrestock y eso presiona el mercado. El Gobierno debe intervenir para ajustar los precios a una realidad donde la inflación superó el 100% en el último año”, sostuvo Serrano.
Factores internacionales y costos internos
Para Serrano, las soluciones no solo dependen del mercado interno. “Si el precio del vino en botella sube demasiado, el consumo cae. Necesitamos cambios en la macroeconomía, como un tipo de cambio más favorable para exportar. Además, el costo de insumos como el gasoil se ajusta a precios internacionales, pero el vino sigue valuado en pesos argentinos. Dependemos de factores externos, como las cosechas en California, Chile o Australia, lo que nos deja en una posición de vulnerabilidad”, explicó.
Ante este panorama, el sector viñatero reclama medidas urgentes. “Las intervenciones económicas deben ser inmediatas, ya que la cosecha ya ha comenzado”, concluyó Serrano.
El desafío está planteado: sin respuestas concretas, la industria vitivinícola enfrenta una temporada de gran incertidumbre.