Dijo, Pedro Cascales, vocero de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).

Expresó que cuando se compara este año con 2020, “no es una comparación muy válida porque estábamos en el ‘cuarto subsuelo’ de la actividad económica y de la producción, y cuando lo comparamos contra 2019, que fue el último año sin pandemia, nos está dando que el primer semestre del año tenemos una baja del 5,2%.

Cuando lo comparamos el mes de junio de 2019 contra junio de 2021, ahí sí tenemos un incremento que está por encima del 10%, lo que marca un dato más positivo, pero la foto del primer semestre sigue siendo muy complicada, a pesar de que desde el Gobierno pensaban que para esta época del año íbamos a estar por encima del 2019”.
Se habla de “crecimiento”, pero Cascales considera que eso quizás se refiera a las grandes empresas, porque las pequeñas y medianas siguen abajo. “Incluso hay un informe de Ecolatina que está marcando que cerraron el 4% de las pymes en lo que va de este año, y eso es un dato preocupante, porque las que más afectadas estuvieron no fueron las medianas o las grandes, sino que fueron las pequeñas y las microempresas”, dijo.
El año electoral está haciendo que se den medidas algo clientelistas que no parecen ser soluciones, como la entrega de bonos a jubilados o las asignaciones universales.

“El Gobierno siempre apuesta al consumo, pero el tema es que el consumo, si no tiene una base genuina –que debe ser con inversión y con empleo– implica una reactivación de patas cortas, porque todos esos aumentos que se quieren dar salen de un solo sector, que es el privado, formal, que paga impuestos, y si ese sector formal sigue con números negativos y no crece, no genera empleo e inversión, evidentemente es una reactivación económica de muy corto plazo que no tiene sustento sólido”, advirtió, y agregó que lo que debería ocurrir es que se tomen medidas destinadas a aumentar el trabajo, la inversión y la productividad (reformas de fondo). Lamentó que el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, tenga “una suerte de desconexión con lo que pasa en muchos sectores de la Argentina productiva, del interior profundo, donde no se están dando los números que el Gobierno maneja”.