Crisis en las pequeñas empresas: califican de «brutal» la carga impositiva de las pymes
El panorama fiscal de las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) en Argentina se ha convertido en un tema candente, particularmente tras las recientes declaraciones de líderes del sector que han descrito la situación como ‘brutal’. Estas empresas, que incluyen tanto a actores del sector manufacturero como del software, se enfrentan a una carga impositiva abrumadora que llega a constituir hasta el 21% de sus costos, según ha revelado un informe publicado por la Fundación Observatorio Pyme (FOP).
El documento destaca que Ingresos Brutos y la Tasa de Seguridad e Higiene son dos de los tributos que más golpean a las PyMEs industriales, representando un 9% de sus costos. Para las dedicadas al software, este porcentaje asciende al 13%. Federico Poli, el recientemente nombrado director del FOP, ha alzado la voz al calificar estos niveles de imposición como una ‘brutalidad’ en comparación con los estándares internacionales. El diagnóstico del observatorio pone el dedo en la llaga al remarcar que las empresas arrastran, además, saldos a favor de impuestos, como el IVA e Ingresos Brutos, que les resultan difíciles de recuperar debido a mecanismos anticipados de percepción.
Este entramado fiscal, que las coloca en una situación de desventaja frente a sus competidores globales, aumenta la presión sobre las PyMEs que ya aportan significativamente al empleo y la producción en el país. De acuerdo con el informe, estos saldos a favor significan para ellas un aumento del 5% en costos para las PyMEs industriales y de 8% para las de software. Al sumar estos valores, la carga tributaria llega a oscilar entre el 13% y el 21% del costo total, creando un escenario complejo en el que la competitividad y viabilidad de muchas empresas está en juego.
Es importante destacar que dentro del contexto provincial y municipal, la situación no mejora. Se han analizado los componentes del sistema fiscal de las PyMEs, revelando que el 48% de los impuestos que pagan corresponde a Ingresos Brutos, seguidos por la Tasa de Seguridad e Higiene en un 19%, el Impuesto de Sellos con un 4% y otros tributos que acaparan el 28% restante. Las estadísticas son aún más pronunciadas para el sector software, donde Ingresos Brutos constituye el 77% de la carga impositiva, mientras los tributos menores manejan participaciones más equilibradas.
Sin embargo, en medio de estas dificultades, se ha observado un ligero cambio en la tendencia negativa que golpea al sector, según muestra el reporte de FOP. Aunque las ventas de las PyMEs han venido cayendo a lo largo de 11 semestres consecutivos, se vio en el tercer trimestre del año una desaceleración de esta tendencia con una reducción del decremento anual al 1%. Este fenómeno podría deberse a una baja base comparativa, pero aún así marca un respiro entre los difíciles resultados interanuales. A pesar de esta mejoría en las ventas, la producción continuó en descenso con una contracción del 13% interanual, lo que sumó el sexto trimestre negativo sucesivo.
Las estadísticas relacionadas con la producción son impactantes, principalmente debido a sus efectos sobre la ocupación y la gestión de recursos humanos, que son de gran relevancia para la estructura de las PyMEs. La ocupación se redujo un 7% en comparación con el año anterior, estableciendo la cifra más baja desde el comienzo del análisis trimestral en 2016. Ante este complicado panorama, los empresarios echan mano a toda su creatividad para encontrar salidas que les permitan respirar financieramente y seguir apostando por el crecimiento en un mercado que se antoja cuesta arriba.