Los vinos tucumanos ganan una mayor exposición en la vidriera internacional
El sector vitivinícola de Tucumán dio una nueva muestra del crecimiento que viene registrando durante los últimos años. La periodista, sommelier e influencer del mundo del vino Marisol de la Fuente, con más de 125.000 seguidores en su cuenta de Instagram (@solsommelier) le dedicó a los productos de nuestra provincia una importante nota en la prestigiosa página “Wines of Argentina”.
“Con su corazón en el Valle Calchaquí, la provincia argentina de Tucumán tiene el foco de su producción vitivinícola en las localidades de Amaicha del Valle y Colalao del Valle, en el departamento de Tafí del Valle. Son unas 128 hectáreas que representan el 2% de la región norte del país y un 0,07% de la superficie cultivada de la Argentina”, comienza la nota.
Destaca, luego, que unos 19 emprendimientos vitícolas conforman la llamada “ruta del vino tucumana”, a lo largo de 100 kilómetros, ascendiendo por la ruta provincial 307 hasta donde se cruza con la ruta nacional 40. “Los vinos de altura de esta provincia son de los más potentes, con vides ubicadas entre 1.690 y 2.230 msnm”, dice.
Más adelante, De la Fuente cita a la presidenta de la Cámara de Bodegas y Viñedos de Tucumán, Silvia Gramajo, propietaria de Bodega y Viñedos Luna de Cuarzo. “La altura, la amplitud térmica -que puede llegar a 20 grados de diferencia entre el día y la noche-, su suelo permeable y profundo, su extensa heliofanía y sus pocas lluvias son el combo ideal al que se suma ‘la influencia de aromáticas del lugar, como jarillas, lavandas y paicos, entre otras, que se adhieren a la pruina en época de cosechas y brindan aromas y sabores del cerro’, indica Gramajo”, citada en la nota.
Más adelante también opina Josefina Carro, socia gerente de Bodega Río de Arena y vicepresidenta de la Cámara de Bodegas y Viñedos de Tucumán, que comenta acerca de la región, cuyos suelos se caracterizan por el sílice y el cuarzo y donde se pueden encontrar vinos caseros, artesanales y también grandes producciones.
“Y no sólo de probar vinos se trata: los turistas también pueden visitar los importantes sitios arqueológicos y culturales de la región, que albergan los tesoros de los pueblos del Pichao, las Ruinas de Cóndor Huasi, Talapazo y la Ciudad Sagrada de Quilmes”, agrega De la Fuente.
Explica que en este entorno extremo de Tucumán, la variedad estrella es la torrontés, que se expresa versátil en todas sus formas; se puede encontrar tanto en vinos tardíos como en secos, así como en blends, generando infinitas posibilidades. “Es el varietal característico de la zona, siendo una cepa que se da principalmente en la Argentina. Es un cruce de la moscatel de alejandría y la criolla chica. De hecho, se han encontrado fósiles en otros lugares del mundo de esta variedad, pero se la produce sobre todo en la Argentina y se da en mayor medida en el norte del país, en nuestro emblemático Valle Calchaquí”, cuenta Carro en la nota del sitio “Wines of Argentina”.
Más adelante De la Fuente suma a Delia Cristina Díaz, brand ambassador de Altos La Ciénaga. “Son vinos de altura, estructurados, con la impronta típica calchaquí. Los varietales de la zona son: malbec, cabernet sauvignon, tannat, shiraz, cabernet franc y se está probando algo de riesling también”, enumera Díaz.
La periodista e influencer agrega que como en cada región vitivinícola de la Argentina, en Tucumán pueden hallarse subzonas que se destacan. “La mejor región es Colalao del Valle, por la versatilidad de los suelos y la capacidad de manifestarse a la orilla del Río Santa María. Si bien es un valle muy alto, allí se dan intensos tannat y syrah en pequeños viñedos. Creemos que a más altura, más expresividad, sobre todo cuando los vientos son acordes; sin embargo, es un área en desarrollo todavía”, precisa Gramajo.
Díaz coincide, y agrega: “Nuestros vinos provienen del Paraje La Ciénaga, que se encuentra a 28 km al SE de Colalao del Valle, con una altitud de 2.300 msnm. En nuestro caso, decimos que son vinos de terruños extremos, donde clima, suelo y la mano del hombre se conjugan para obtener frutos de gran calidad y de una gran sanidad”.
No obstante, explica De la Fuente, Tucumán es aún una provincia que está descubriendo sus lugares productivos y sus diferencias. “Por ejemplo, en El Bañado, la zona donde se encuentra nuestra bodega Río de Arena, hemos descubierto a lo largo de los años que se da muy bien el torrontés con plantas de más de 45 años. Así como también se da muy bien el malbec, mientras seguimos investigando nuevas cepas”, comenta Carro.
En la nota, Díaz señala que la falta de agua y las heladas del 2022 aún afectan a los productores, y cuenta que en Tucumán hay una gran cantidad de productores pequeños que requieren del soporte de las entidades locales para crecer. “Las nuevas autoridades asumieron con la promesa de incluir la actividad como necesaria en un plan estratégico de la producción. Apostamos a continuar con viñedos sustentables, orgánicos, con vinos de gran calidad, de extrema altura y a posicionarnos como una nueva Indicación Geográfica dentro del Valle Calchaquí”, concluye Gramajo.